スペインの作家で、1819年の今日,12月24日にビスカヤ地方のモンテジャーノに生まれました。
父親は貧しい農民で、少年時代は貧民街で村の子供と遊んだり、父親と畑で働いていました。15才の時にマドリードにある親戚の金物店へ働きに出て、日中は店番を し、夜は独学で勉強しました。トゥルエバ少年は、力強く、美しく、簡潔な詩を書き始め、やがて街中で口ずさまれるようになりました。その名声は宮廷に まで届き、イサベル女王はトゥルエバに宮廷詩人の称号を授けました。トゥルエバはさまざまな物語 cuentos を書き続けていますが、フィクションより実話を好み、歴史ロマンを多 く手がけています。
(Antonio Trueba y de La Quintana, llamado Antón de los cantares; Montellano, Vizcaya, 1819 - Bilbao, 1889) Escritor español. Su poemario El libro de los cantares (1852) ejerció una notable influencia en los Cantares gallegos de Rosalía de Castro. Sus obras en prosa reflejan siempre el ambiente rural del País Vasco o de Castilla, aspecto que anuncia la generación del 98.
Hijo de una familia de labradores, trabajó en Madrid
como dependiente de una ferretería; posteriormente sería archivero y
cronista del Señorío de Vizcaya y acérrimo defensor de los fueros de
esta región. Hombre bondadoso y sencillo y escritor autodidacta, fue
llamado en Vizcaya "Antón el de los cantares". Antonio Trueba se vinculó
desde sus inicios al grupo de poetas (entre ellos Gustavo Adolfo Bécquer) influidos por el romanticismo alemán y que colaboraban en la revista El Correo de la Moda. Sin embargo, coincidiendo con Ramón de Campoamor,
buscó superar el romanticismo oponiendo a la exaltación nacional una
preocupación social y ética expresada en un tono popular.
Esta postura se tradujo en la imitación de la tradición oral, concretada en 1852 en El libro de los cantares, que reúne poemas de forma y lenguaje sencillos de alabanza a las costumbres de su provincia natal y que influyó en Rosalía de Castro, y en El Cid Campeador, novela histórica a la que siguieron La paloma y los halcones (1865), El gabán y la chaqueta (1872) y otras. Su costumbrismo moralizante, que también se advierte en su poemario El libro de las montañas (1868), tuvo su máxima expresión en el conjunto de sus relatos breves, entre los que destacan Cuentos populares (1853), Cuentos de color de rosa (1854), Cuentos campesinos (1860), Cuentos de varios colores (1866) y Cuentos del hogar (1875).
En El libro de los cantares (1852),
Antonio Trueba exhibe con satisfacción su posición modesta de
dependiente y autodidacta, la cual justifica la ausencia de complicación
retórica y de saber literario, y al par enaltece las prendas de
inspiración natural que el éxito del libro revelaría. Forman la obra
poesías de carácter popular, en las que Trueba toma como estribillo un
cantar o copla de las que andan en boca del vulgo. La propia copla le da
el tema, que el autor amplía, algunas veces siguiendo el sentido lírico
del cantar, y más frecuentemente inventando una acción congruente con
los sentimientos de la copla.
Esta dramatización es la que da personalidad a
estas composiciones, muchas de las cuales pudieran entrar en la
clasificación retórica de baladas, a veces de ambiente contemporáneo y
no pocas de carácter histórico, si bien casi siempre de historia muy
reciente. El romance y la seguidilla son los metros que más
frecuentemente usa. Tras su publicación, el éxito fue inmediato y
ruidoso; por aquel entonces todavía no se había fijado suficientemente
la atención en la cantera inexplorada del cantar popular, y las
amplificaciones de Trueba, acaso por el mismo origen del poeta,
revelaban ese encanto que pronto había de ser elogiado por poetas y
folkloristas.