«Las ninfas», de Francisco Umbral, novela ganadora del Premio Eugenio
Nadal más reciente, a veinte años de «El Jarama», en la serie de los
treinta y dos «Nadales» que en las letras españolas han sido, es a la
vez la novela más importante de su autor, es decir, la más
representativa de un talante literario y la culminación de un modo de
escribir creado, mágicamente diríamos, mediante el funcionamiento de los
mismos mecanismos, ya se trate de la más leve crónica de humor o del
lirismo profundo de «Mortal y rosa». Esta cualidad, que en no muchos
escritores se advierte, aun dado que la abertura de su compás literario
fuese tan amplia, es lo primero que salta a la vista en la madurez
definitiva de Francisco Umbral. En la mesa, y junto a «Las ninfas», no
tengo menos que otros cuatro libros del mismo autor, de edición
igualmente reciente. Uno de ellos es un ensayo biográfico de García
Lorca, «Lorca, poeta maldito» (Biblioteca Nueva); otro, una colección de
textos novelados: «Mis mujeres» (Editorial Planeta); el siguiente, otra
colección de confesiones literariamente íntimas: «Mis paraísos
artificiales» (Librería-Editorial Argos); y más allá, narra la vida y la
política española «Las respetuosas» (Editorial Planeta), a través de
las muchachas de los «clubs» nocturnos, o sea, la cosa pública a través
de las mujeres del ramo. Un quiebro del autor, algo como un guiño de
ojos, una acentuación o una diafragmación y el carácter y el ángel
aparece posado en cada uno con la medida, la gravidez o la intensidad
justa.Si esto no es lo que pudiera llamarse el «boom» Umbral, nada lo
será ni podrá abarcar mejor un fenómeno literario de ardua definición,
una línea por debajo de llamarle escritor con mayúscula.
En sus primeros libros, en algunos pliegues de su dandismo, en sus refracciones periodísticas podíamos todavía salirnos con el parentesco de González-Ruano pero hace tiempo, por lo menos desde que la serie de la niñez vallisoletana comenzó a salirse de la crónica de «Memorias de un niño de derechas» por «Los males sagrados» y muy especialmente tras de «Las ninfas» (con «Mortal y rosa» exento por medio) este plutarquismo paralelo se le ha quedado lo corto que se le debieron quedar los trajes de chico larguirucho y hay que ampliarlo más y más. Ha sobrepasado la época de «El giocondo» y de «Travesía de Madrid», que es el primer libro de Francisco Umbral que leí, no en la validez de una prosa con los tilines de la gracia y del estilo, sino en la aptitud egregia de la misma para la narrativa de fondo.
Basta para ello, como en «Las ninfas», que el autor realice una inmersión en su intimidad recóndita, entrañable, en la que ha situado el tiempo-eje de su personalidad literaria con la profundidad de foco, fija y concentrada en lo hondo de su autobiografía. En sus novelas, que van a mejor porque funciona con más seguridad esta manera narrativa, hasta llegar a «Las ninfas» -uno de los mejores, si no el mejor Premio Nadal que se ha concedido desde muy concretos aspectos-, no tiene necesidad Umbral de aclarar como Flaubert aquello de que «je suis Madame Bovary», porque no desaparece jamás el protagonismo absoluto de Umbral «as a young man» como el Joyce del «Portrait». En esta condición de trance narrativo la prosa de Umbral, consciente de pasar por las claves líricas del autor («se canta lo que se pierde», ya se sabe: el hijo, la niñez y adolescencia), adquiere una flexibilidad expresiva que multiplica los matices habituales y los enriquece con semitonos y contrapuntos hasta llegar a una plasticidad íntima y una rara, intensa aptitud descriptiva de ambiente.
Podíamos pensar, puesto que el matiz autobiográfico y las memorias de niñez, adolescencia y juventud, forman parte siempre patente o sumergida del iceberg narrativo de cada novelista, que Umbral ha rendido tributo a esta necesidad, que tanto como diluir la creación de un mundo propio, piensa uno que define el auténtico novelista. Dudosa creación la que no comienza por las imborrables sensaciones del tiempo en que uno se crea y se siente crearse como artista joven. Pues bien, si consideramos que se trata de un ejercicio de estilo obligado y que sólo quien lo sobrepasa puede llamarse novelista además de escritor, Umbral lo ha realizado «cum laude» y sin esfuerzo de adaptación especial al patentizar algo que se lleva implícito. Sucede, sin embargo, que ya el autor, desde su primera prosa conocida, daba indicaciones precisas para que la culminación de «Las ninfas» no constituyese sorpresa alguna. La prosa estaba allí, manaba con naturalidad y no era un jardín secreto la atracción demostrada en referencias constantes, un poco temblorosas e íntimas, debajo de sus dandismos estéticos. Así Umbral no ha tenido sino que mirar con su penetración habitual sobre lo que considera una auténtica mismidad vital.
Desde luego, Umbral acaba de escribir lo que hasta ahora es su novela. Umbral es ya el autor de «Las ninfas», dentro de una antonomasia cuyo funcionamiento futuro nos dará la clave definitiva de su madurez narrativa. No va a ser uno a estas alturas tan lerdo para suponer que debajo de la sencillez compositiva y narrativa de Umbral no hay artificio literario porque precisamente el valor de «Las ninfas» consiste en haber elevado su artificio literario a un piso superior narrativo. Pero su camino es peligrosamente directo y autofágico y se compara con el modo y circunloquio con que Proust, por ejemplo, hizo una novela de sí mismo y creó su mundo moroso, amplio, cíclico, inagotable. Realiza Umbral su cala más profunda y exhaustiva en sus profundidades novelables, ¿querrá decir esto que en el futuro de su narrativa no podremos contar con ellas? ¿Querrá decir que en «Las ninfas» habrá quedado el Umbral de la novela y nos quedará el Umbral, infalible también, de la crónica de lo que le circunda, más de lo que le penetra? No es indiferente esta cuestión para que se produzca el brillo especialmente narrativo de una prosa admirable de gracia y de carácter.
以下、現代企画室の案内より。
フランシスコ・ウンブラル/著
20 世紀後半のスペインを代表する作家・知識人の自伝的小説
人生と旅にはいつも、列車がすれ違うような瞬間があって、
そういうとき、人はどこへ行くのかも、どうして旅立つのかもわからないものだ。
すべてを頭の中でもう一度、整理してみなければならないのに、そうしたところで無意味だとも思う。
もちろん、旅立つための理由がないのと同様に、留まるための理由もない。
まさにそういう時、人は旅立つのだ。(本書より)
独 裁者・フランコ将軍の死の翌年( 1 9 7 6 年)に刊行されるや、因習と宗教に制約された地方都市に育った一少年の成長物語としての本書は、一大ベストセラーとなった。読者は、ここに、スペインとい う国そのものの歩みを読み取り、同時に、来るべき新しい時代の息吹を感じ取ったのである。
〈セルバンテス賞コレクション〉
スペイン文化省は1976 年に、スペイン語圏で刊行される文学作品を対象とした文学賞を設
置した。名称は、『ドン・キホーテ』の作家に因んで、セルバンテス賞と名づけられた。以後、イベリア半島とラテンアメリカの優れた表現者に対して、この賞が授与されている。このシリーズは、セルバンテス賞受賞作家による、スペイン語圏の傑作文学を紹介するものである。
【著者紹介】フランシスコ・ウンブラル(フランシスコ・ウンブラル)
Francisco Umbral (1932―2007)
1932年生。スペインの作家、評論家。青年期までを地方都 市のバリャドリードで過ごし、1961年からはマドリードを拠点として文筆活動を行う。1975年にフランコ独裁政権が終わり、スペインが民主主義国家と して生まれ変わると、その文化形成に大きな役割を果たすことになる革新系の日刊紙『エル・パイス』のコラムニストとして活躍し、最新の文化事象や当世風俗 を自在に論じていちやくスター作家となった。膨大な量のコラムに加え、エッセイ、伝記、評論、小説などを発表し、単著だけでも100冊を超える。ここに訳 出した小説『用水路の妖精たち』(1976)は、バリャドリードで過ごした少年時代をもとに書かれた自伝的な内容で、小説家にとっての登竜門たるナダール 賞を与えられ、ベストセラーとなった。他に代表作としては、幼くして白血病で亡くなった息子の闘病と死を見つめてつづった省察の書『限りある命にして薔薇 色の』(1975)など。1996年にアストゥリアス皇太子賞、2000年にセルバンテス賞をはじめとして受賞歴多数。2007年没。
【著者紹介】坂田 幸子(サカタ サチコ)
慶應義塾大学文学部教授。専門はスペイン文学。主な仕事として、『初歩のスペイン語』(共著、放送大学教育振興会、2013 年)、『ウルトライスモ―マドリードの前衛文学運動』(国書刊行会、2010年)、「おてんば少女の輝いた時代―スペイン女性作家たちによる児童小説」 (『文学の子どもたち』所収、慶應義塾大学出版会、2004年)。
En sus primeros libros, en algunos pliegues de su dandismo, en sus refracciones periodísticas podíamos todavía salirnos con el parentesco de González-Ruano pero hace tiempo, por lo menos desde que la serie de la niñez vallisoletana comenzó a salirse de la crónica de «Memorias de un niño de derechas» por «Los males sagrados» y muy especialmente tras de «Las ninfas» (con «Mortal y rosa» exento por medio) este plutarquismo paralelo se le ha quedado lo corto que se le debieron quedar los trajes de chico larguirucho y hay que ampliarlo más y más. Ha sobrepasado la época de «El giocondo» y de «Travesía de Madrid», que es el primer libro de Francisco Umbral que leí, no en la validez de una prosa con los tilines de la gracia y del estilo, sino en la aptitud egregia de la misma para la narrativa de fondo.
Basta para ello, como en «Las ninfas», que el autor realice una inmersión en su intimidad recóndita, entrañable, en la que ha situado el tiempo-eje de su personalidad literaria con la profundidad de foco, fija y concentrada en lo hondo de su autobiografía. En sus novelas, que van a mejor porque funciona con más seguridad esta manera narrativa, hasta llegar a «Las ninfas» -uno de los mejores, si no el mejor Premio Nadal que se ha concedido desde muy concretos aspectos-, no tiene necesidad Umbral de aclarar como Flaubert aquello de que «je suis Madame Bovary», porque no desaparece jamás el protagonismo absoluto de Umbral «as a young man» como el Joyce del «Portrait». En esta condición de trance narrativo la prosa de Umbral, consciente de pasar por las claves líricas del autor («se canta lo que se pierde», ya se sabe: el hijo, la niñez y adolescencia), adquiere una flexibilidad expresiva que multiplica los matices habituales y los enriquece con semitonos y contrapuntos hasta llegar a una plasticidad íntima y una rara, intensa aptitud descriptiva de ambiente.
Podíamos pensar, puesto que el matiz autobiográfico y las memorias de niñez, adolescencia y juventud, forman parte siempre patente o sumergida del iceberg narrativo de cada novelista, que Umbral ha rendido tributo a esta necesidad, que tanto como diluir la creación de un mundo propio, piensa uno que define el auténtico novelista. Dudosa creación la que no comienza por las imborrables sensaciones del tiempo en que uno se crea y se siente crearse como artista joven. Pues bien, si consideramos que se trata de un ejercicio de estilo obligado y que sólo quien lo sobrepasa puede llamarse novelista además de escritor, Umbral lo ha realizado «cum laude» y sin esfuerzo de adaptación especial al patentizar algo que se lleva implícito. Sucede, sin embargo, que ya el autor, desde su primera prosa conocida, daba indicaciones precisas para que la culminación de «Las ninfas» no constituyese sorpresa alguna. La prosa estaba allí, manaba con naturalidad y no era un jardín secreto la atracción demostrada en referencias constantes, un poco temblorosas e íntimas, debajo de sus dandismos estéticos. Así Umbral no ha tenido sino que mirar con su penetración habitual sobre lo que considera una auténtica mismidad vital.
Naturalidad y fluencia
Según parece (así lo oí al profesor Yndurain en la presentación de «Las ninfas»), Miguel Delibes ha dicho que Umbral «escribe como mea» y como la expresión es acorde con la paleta castellana del autor del «Diario de un cazador», la tengo por auténtica. Delibes debe apuntar a la naturalidad y fluencia de una prosa que sólo no es igual a sí misma cuando es mejor que sí misma, o sea cuando está fecundada por un contenido significante.La prosa de Umbral adquiere sus mejores tonalidades cuando su mirada, que ve tantas cosas, mira a través de sus recuerdos al hondo de sí mismo. Su narrativa es la operación de mayor sencillez, la del escritor mirándose dentro sin artificio alguno. Mirándose no a través de los problemas de la adolescencia sobre el paisaje de un Valladolid muy concreto, con el toque mágico que tienen los paisajes vistos desde la infancia, entrevisto y muy hondo a la vez, sino a través de sí mismo en la formación inseparable de hombre y escritor. Hay, sí, una naturalidad excepcional en la producción de Umbral como novelista, mirándose en su propio espejo en lugar de dejarlo en el borde del camino.Desde luego, Umbral acaba de escribir lo que hasta ahora es su novela. Umbral es ya el autor de «Las ninfas», dentro de una antonomasia cuyo funcionamiento futuro nos dará la clave definitiva de su madurez narrativa. No va a ser uno a estas alturas tan lerdo para suponer que debajo de la sencillez compositiva y narrativa de Umbral no hay artificio literario porque precisamente el valor de «Las ninfas» consiste en haber elevado su artificio literario a un piso superior narrativo. Pero su camino es peligrosamente directo y autofágico y se compara con el modo y circunloquio con que Proust, por ejemplo, hizo una novela de sí mismo y creó su mundo moroso, amplio, cíclico, inagotable. Realiza Umbral su cala más profunda y exhaustiva en sus profundidades novelables, ¿querrá decir esto que en el futuro de su narrativa no podremos contar con ellas? ¿Querrá decir que en «Las ninfas» habrá quedado el Umbral de la novela y nos quedará el Umbral, infalible también, de la crónica de lo que le circunda, más de lo que le penetra? No es indiferente esta cuestión para que se produzca el brillo especialmente narrativo de una prosa admirable de gracia y de carácter.
以下、現代企画室の案内より。
用水路の妖精たち
フランシスコ・ウンブラル/著
坂田 幸子/訳
4-6上製・306頁 ISBN978-4-7738-1425-5 C0097
20 世紀後半のスペインを代表する作家・知識人の自伝的小説
人生と旅にはいつも、列車がすれ違うような瞬間があって、
そういうとき、人はどこへ行くのかも、どうして旅立つのかもわからないものだ。
すべてを頭の中でもう一度、整理してみなければならないのに、そうしたところで無意味だとも思う。
もちろん、旅立つための理由がないのと同様に、留まるための理由もない。
まさにそういう時、人は旅立つのだ。(本書より)
独 裁者・フランコ将軍の死の翌年( 1 9 7 6 年)に刊行されるや、因習と宗教に制約された地方都市に育った一少年の成長物語としての本書は、一大ベストセラーとなった。読者は、ここに、スペインとい う国そのものの歩みを読み取り、同時に、来るべき新しい時代の息吹を感じ取ったのである。
〈セルバンテス賞コレクション〉
スペイン文化省は1976 年に、スペイン語圏で刊行される文学作品を対象とした文学賞を設
置した。名称は、『ドン・キホーテ』の作家に因んで、セルバンテス賞と名づけられた。以後、イベリア半島とラテンアメリカの優れた表現者に対して、この賞が授与されている。このシリーズは、セルバンテス賞受賞作家による、スペイン語圏の傑作文学を紹介するものである。
【著者紹介】フランシスコ・ウンブラル(フランシスコ・ウンブラル)
Francisco Umbral (1932―2007)
1932年生。スペインの作家、評論家。青年期までを地方都 市のバリャドリードで過ごし、1961年からはマドリードを拠点として文筆活動を行う。1975年にフランコ独裁政権が終わり、スペインが民主主義国家と して生まれ変わると、その文化形成に大きな役割を果たすことになる革新系の日刊紙『エル・パイス』のコラムニストとして活躍し、最新の文化事象や当世風俗 を自在に論じていちやくスター作家となった。膨大な量のコラムに加え、エッセイ、伝記、評論、小説などを発表し、単著だけでも100冊を超える。ここに訳 出した小説『用水路の妖精たち』(1976)は、バリャドリードで過ごした少年時代をもとに書かれた自伝的な内容で、小説家にとっての登竜門たるナダール 賞を与えられ、ベストセラーとなった。他に代表作としては、幼くして白血病で亡くなった息子の闘病と死を見つめてつづった省察の書『限りある命にして薔薇 色の』(1975)など。1996年にアストゥリアス皇太子賞、2000年にセルバンテス賞をはじめとして受賞歴多数。2007年没。
【著者紹介】坂田 幸子(サカタ サチコ)
慶應義塾大学文学部教授。専門はスペイン文学。主な仕事として、『初歩のスペイン語』(共著、放送大学教育振興会、2013 年)、『ウルトライスモ―マドリードの前衛文学運動』(国書刊行会、2010年)、「おてんば少女の輝いた時代―スペイン女性作家たちによる児童小説」 (『文学の子どもたち』所収、慶應義塾大学出版会、2004年)。
La prosa magistral de Umbral nos devuelve a ese adolescente que mira hacia el niño que ha sido y los trenes que se cruzan en su camino, un adolescente que crece al pasar las páginas y va cambiando su ilusión de ser sublime sin interrupción por el deseo de la mujer amada y el placer de compartir las aventuras con los amigos, en una noche de verano, en una atmósfera donde al negro se le transparentaba el azul. Una novela fresca y sugerente como sólo es la gran literatura. «Las ninfas vino a poner término a bastantes tópicos y a cierto tono, a muchas visiones estereotipadas, a no pocos clichés narrativos y, desde la radical eficacia de un lirismo amargo, puede decirse que clausuraba un período. Cambió su ‘momento‘ y hoy lo sabemos.» Del prólogo de Gonzalo Santoja.