El escritor alicantino José Martínez Ruiz, Azorín, siguió con especial atención los toros durante prácticamente toda su vida, no sin atravesar algún altibajo crítico por el que llegó a considerar las corridas una "brutalidad humana" (véase la obra Los Pueblos). Aparcada la anécdota, Azorín disfrutó de la Fiesta e incluso saltó a los ruedos, como describe en Albacete siempre: "Toros de Flores eran traídos a Monóvar por las antiguas veredas para ser lidiados en las fiestas. El encierro era público. Una vez cogí yo un capote y di unas verónicas".
Azorín sintió la llamada de la arena del mismo modo que sus compañeros de la Generación del 27, con Lorca o Alberti entre ellos, y evoca en algunos pasajes de CastillaValencia su interés por los toros. En 1935, Azorín descubre al famoso matador de toros Juan Belmonte, del que escribe: "Sin conocerlo me interesaba. Cuando me asomé a la plaza sentí una honda emoción. El circo estaba rebosante. La fiesta tiene sus contras; pero es bonita. Desde el primer momento puse la mirada en Belmonte. La vi arrimarse a la barrera, frente por frente del toril, y esperar la salida del toro. En el momento de salir el toro, Belmonte se pasó la palma de la mano fuertemente por los labios. Este gesto nervioso me pintó un carácter".
Azorín nació アソリン誕生 (1873年)
Azorín [José Martínez Ruiz] Azorín [José Martínez Ruiz]