More and more he is convinced that English is an unfit medium for the truth of South Africa.
«cada vez más está convencido de que el inglés es un medio inadecuado para plasmar la verdad de Sudáfrica».
EL LENGUAJE
La reflexión sobre el lenguaje. La primera pista la encontramos al finalizar el primer capítulo. David ubica a Soraya y la llama a su casa. Ella, disgustada por la intromisión, le dice:
“-Le pido que nunca vuelva a llamarme a este número, nunca más.
Pedir. Quiere decir exigir.” (se aclara a sí mismo David). (pág. 18)
En este diálogo, se establece la diferencia de niveles entre lo que objetivamente se dice (denotación) y lo que subjetivamente se interpreta (connotación). Es una llamada de atención al lector para que tome conciencia de todo aquello que está en juego en el momento de la comunicación, y de cómo las palabras tienen varias lecturas posibles. O ninguna.
Esto no es casual. Anteriormente, al presentar a su protagonista como profesor de lengua y literatura, el narrador dice:
“Si bien diariamente dedica horas y horas a su nueva disciplina, la premisa elemental de ésta, tal como queda enunciada en el Manual de Comunicación 101, se le antoja absurda: “La sociedad humana ha creado el lenguaje con la finalidad de que podamos comunicarnos unos a otros nuestros pensamientos, sentimientos e intenciones”. Su opinión, por más que no la airee, es que el origen del habla radica en la canción, y el origen de la canción, en la necesidad de llenar por medio del sonido la inmensidad y el vacío del alma humana”. (pág. 10)
Este párrafo refleja una inquietud que obedece a la búsqueda personal del protagonista. Y que será la hipótesis que se intente probar al final de la novela. David, profesor del Departamento de Comunicación, cuestiona la teoría que debe enseñar, y sostiene que la comunicación verbal es una ilusión. Creemos que nos comunicamos, pero el lenguaje no es más que un grito que expulsa fuera nuestra angustia existencial. De este planteamiento se deduce que la soledad es algo inherente al hombre: lo que él experimenta es intransferible a terceros. Se chilla de dolor, se gime de placer, pero no se puede expresar con la palabra lo que se mueve dentro.
¿En qué se basa David para pensar así? Cuando se le enjuicia y se le acusa de acoso sexual, él percibe que las palabras no satisfacen a quienes lo interpelan. Primero, piden que se declare culpable. Lo hace. Dicen que no es suficiente y le exigen una confesión: confiesa que fue tentado por Eros. Su confesión no es considerada aceptable. Llegado a este punto nos preguntamos, ¿qué quieren de él? No quieren palabras, quieren su corazón para abrirlo con bisturí. Las palabras no transmiten lo que guarda en lo más profundo, tampoco redimen al acusado, no le sirven para defenderse, a pesar de que con ellas intenta decir lo que dicen querer escuchar. El lenguaje sería entonces insatisfactorio.
Sin embargo, en Desgracia hay varios lenguajes en uso, más que en cualquiera otra novela. Si el lenguaje verbal es insatisfactorio, se investigan otros caminos. Es a través del análisis de estos lenguajes y sus mecanismos, explorando sus posibilidades y sus limitaciones, que la hipótesis de Lurie es revisada:
-El lenguaje animal:
Desde que aparecen en escena los perros ladran y gruñen. Son los primeros en expresar su miedo cuando divisan a los violadores. Nadie quiso escucharlos, pero ellos dieron la voz de alarma.
¿El lenguaje de los animales no dice nada a los hombres?
Cuando David es agredido por los violadores, describe quien narra:
“Se golpea la cara como un poseso; el cabello chisporrotea al prenderse, se revuelca, emite aullidos informes tras los cuales no hay una sola palabra”. (pág. 123).
¿No estaría expresándose David con el lenguaje de los animales? ¿O es que el lenguaje humano, cuando no pretende la comunicación con el otro si no simplemente expresar el dolor en estado salvaje, se asemeja al lenguaje menos elaborado, que sería el lenguaje animal?
-El lenguaje de los nativos:
El sotho y el xhosa son dos lenguas que los blancos no entienden, imagen clara de la división del país. David se da cuenta que al no hablar la lengua que se habla en el campo, no puede captar lo que allí sucede.
“La auténtica verdad, según sospecha, es algo mucho más- tarda un rato en encontrar la palabra idónea- antropológico, algo a cuyo fondo tardaría meses enteros en llegar, meses de conversaciones pacientes, sin prisas, con docenas de personas, por no hablar de los buenos oficios de un intérprete” (pág. 150).
Esta intuición de Lurie significaría que el lenguaje sí comunica, porque por no hablarlo, David se siente excluido. Si lo hablara, ¿qué pasaría? ¿Es realmente un tema de lenguaje, o es mucho más lo que separa a David de los negros, ese más “antropológico” que él menciona?
-El inglés:
Es el idioma de los blancos que dominaron el país. Lo negros lo desconocen, o lo usan mal:
“No le importaría nada conocer un día la historia de Petrus de sus propios labios. A ser posible, sin que esa historia sea reducida al inglés. Cada vez está más convencido que el inglés es un medio inadecuado para plasmar la historia de Sudáfrica. Hay trechos del código lingüístico inglés, frases enteras que hace tiempo se han atrofiado, han perdido sus articulaciones, su capacidad articulatoria, sus posibilidades de articularse. Como un dinosaurio que expira hundido en el fango, la lengua se ha quedado envarada. Comprimida en el molde del inglés, la historia de Petrus saldría artrítica, antañona”. (pág. 149).
¿A cada cultura un lenguaje? No se puede traducir fielmente, algo se queda fuera, parece intuir David. Como si el alma se resistiera a dejarse atrapar por las palabras. Insiste en esto más de una vez:
“-Lucy es nuestra benefactora- dice Petrus, y luego se dirige a Lucy-: eres nuestra benefactora.
Es una palabra de mal gusto, o a él se lo parece: es una palabra de doble filo, que agría ese instante. ¿Puede echársele la culpa a Petrus? El lenguaje al que se confía con tanto aplomo, pero es imposible que él lo sepa, es un lenguaje hastiado, que se desmenuza con facilidad, que está recomido por dentro, como si lo hubieran atacado las termitas. Solo cabe fiarse de los monosílabos, y tampoco de todos”. (pág. 163).
-El silencio:
Es la opción de Lucy. Calla porque no encuentra el lenguaje adecuado para expresarse. La insensatez aparente de sus decisiones, su fe en un cambio radical que le exige inmolarse para renacer, no se pueden traducir en palabras. Por eso calla.
“Su respuesta habitual consiste en retirarse en su silencio”. (pág. 157).
Su padre, consciente de la elección de Lucy, se rebela, e interpreta ese silencio:
“Se les ha de ocurrir que sobre el cuerpo de la mujer se ha tendido el silencio como una manta. Demasiada vergüenza, se dirán uno al otro: Demasiada vergüenza para contarlo, y se reirán a sus anchas rememorando su hazaña. ¿Está Lucy dispuesta a concederles ese triunfo? (pág. 140).
David, en el juicio, había optado por la misma vía, callar. Y se lo explica a Lucy de esta manera, cuando ella le pregunta:
“…¿Qué principios eran esos que quisiste defender?
-La libertad de expresión. El derecho a permanecer en silencio”. (pág. 234).
-El lenguaje gestual:
La mejor exponente de este recurso expresivo es Bev Shaw. Ella casi no habla, pero usa su cuerpo para dar cariño y comunicar. El lenguaje del que se vale es entendido por animales y hombres, y tiene un componente liberador. Después de una caricia de Bev, hombres y animales se sienten reconfortados: alivia, cura, seda:
“…Con delicadeza limpia los pliegues del párpado y de la oreja. No dice nada mientras se aplica a su trabajo. El recuerda al macho cabrío en la clínica, se pregunta si, sometiéndose al cuidado de sus manos, llegó a sentir esa misma paz”. (pág. 135)
Me pregunto si la escena en la cual David se arrodilla en silencio frente a la madre de Melanie para pedir perdón, no será una muestra de este lenguaje gestual que él ha aprendido a usar.
Los gestos de Bev comunican amor. Entonces, hay que preguntarse, ¿cuál es el gran acto de amor? Concretamente: ayudar a los animales a morir bien. La liberación sería entonces la muerte. Abandonando este mundo -violento, salvaje, injusto- los animales encuentran la paz que les fue negada en vida. ¿Sugiere Coetzee, me pregunto, el mismo camino para el hombre?
-El lenguaje literario y el lenguaje musical:
Es una ironía la presencia de Byron, el paradigma del poeta romántico, enamorado de una joven en Venecia, en medio del corazón del Africa violenta y violentada. David, inspirado en Byron, comienza a desarrollar su proyecto literario -con palabras- para convertirlo después en una Opera -con canciones-.
Deduzco que esa transformación del medio (del literario al musical), se da porque las palabras no lo satisfacen, y como último recurso introduce el canto. De esta manera, David lleva a la práctica la teoría del profesor Lurie respecto al lenguaje.
La música, en oposición a la literatura, será también un elemento compartido entre hombres y animales:
“Al perro lo fascina el sonido del banjo. Cuando pulsa las cuerdas, el perro se yergue, ladea la cabeza, escucha. Cuando toca la línea de Teresa, y cuando tararea esa línea melódica y comienza a henchirse de sentimiento (es como si se le engordase la laringe: siente el pálpito de la sangre en el cuello) el perro abre y cierra la boca y parece a punto de ponerse a cantar, o a aullar” (pág. 265).
John Maxwell Coetzee 恥辱 Disgrace, Desgracia
Ngugi ケニヤの作家グギが訴える Decolonizing the Mind「精神の非植民地化」Al escritor keniano el idioma inglés le parece demasiado dominador. |
pd. 今日は 13日の火曜日ですね。 13日の火曜日、martes 13 (5度目の掲載及び補遺) |