Un hacker sin ningún sex appeal, Lolo, espía con webcams a su
encantadora vecina Andrea y le manipula la vida. Dos hampones, el Nene y
Tomson, discuten hasta la necedad si lo que más pesa para contraer
cáncer es el tabaco o, como en todos los órdenes de la vida, según el
Nene, el simple azar. Un ruso muy gordo, Sbóvoda, que desconfía hasta de
su sombra, tiene 20 diamantes para pagarle al Nene por un CD grabado
por Lolo con las claves de acceso secretas a un Banco Suizo. Todos están
detrás de los diamantes. Svóboda, el Nene y Tomson, por oficio. Lolo
porque con su parte piensa conquistar finalmente a Andrea y pasar del
amor virtual al de carne y hueso. Pero la llegada inesperada de un amor
imposible de Andrea que viene de España para llevársela, y la
incapacidad absoluta de Lolo para moverse por fuera de su mundo virtual
complican las cosas. Enredado en su pequeña historia personal, Lolo
confunde el CD y el encuentro nocturno con el ruso termina en una
balacera de la que el Nene y Sbóvoda -que huye con los diamantes- salen
malheridos. Y mientras Lolo se escabulle e intenta regresar a remediar
el desastre y recuperar el control sobre la vida de su vecina, los
hampones y el ruso terminan refugiándose en una farmacia y en una
peluquería del barrio. El entrecruce azaroso interfiere las
insignificantes pero no por eso menos enredadas agendas emocionales de
desamor de los personajes que ahí encuentran. Y, en menos de dos horas,
el azar y los diamantes les terminan cambiando drásticamente la vida a
todos.