95年前の今日、1918年の12月2日に ロスタンが亡くなりました。Ernesto Mr. T よりずっと若い 享年50歳でありました。
(Marsella, 1 de abril de 1868 - † París, 2 de diciembre de 1918) Autor dramático francés, recordado especialmente como autor de Cyrano de Bergerac. Escribió habitualmente para la actriz Sarah Bernhardt y se le dio el sobrenombre de "rey de la Belle Époque". Siguió estudios de derecho y al mismo tiempo escribió una obra, Le Gant rouge (1888), así como un cierto número de poesías, sin ningún éxito.
No ejerció nunca la abogacía y se consagró por completo a los trabajos literarios. En 1890 publicó un volumen de poemas: Les Musardises. Otra obra de 1891, Les Deux Pierrots, tuvo tan poca aceptación como la anterior. Pero su comedia en verso Los noveleros, representada en 1894 en la Comédie Française, fue muy aplaudida. A continuación escribió dos piezas para Sarah Bernhardt: La princesa lejana, representada en 1895, y La Samaritana, en 1897.
En diciembre de ese mismo año se representó otra creación suya, Cyrano de Bergerac, inspirada en el precursor de la ciencia-ficción, al que convirtió en un espadachín generoso, dotado de una monstruosa nariz, que fue un triunfo de una repercusión raramente igualada en los anales del teatro. Este drama en verso, ambientado en la Francia del siglo XVII, presenta al poeta y espadachín que da título a la obra secretamente enamorado de su bella prima Roxana. Cyrano no se atreve a declararle su pasión por temor a ser rechazado a causa de su fealdad, y se conforma, en cambio, con esconderse bajo el balcón de Roxana y dictar desde allí a Christian de Neuvillette las frases de amor que éste (un joven y rudo cadete procedente de Gascuña) no acierta a dirigir a la muchacha.
La obra siguiente, El Aguilucho, creada en marzo de 1900, conoció un reconocimiento parecido. Este doble éxito de público, a pesar de que la crítica fue severa con ambas obras, influyó en su ingreso a la Academia Francesa (1901). Coronado por la fama a los veintinueve años y miembro de la Academia a los treinta y tres, vivió alternativamente en Cambo, en el País Vasco y en París, envuelto por la admiración y asistido por su esposa entusiasta e incitadora, Rosemonde Gérard, en tanto crecían las leyendas acerca de su presunción y el fasto de su vida. Poseía, en realidad, un carácter reservado, tendente a la tristeza y a la timidez, extremadamente nervioso, intolerante con las pequeñas dificultades y fácilmente dominado por el ambiente.
Enfermo de pulmonía, Rostand se retiró finalmente al país vasco-francés. Sólo en 1910 el público parisino pudo asistir a la representación de su nueva obra, Chantecler, que desconcertó al auditorio y a los críticos por sus audacias formales. La última noche de don Juan, para muchos su mejor pieza, y los poemas que le inspiró la Primera Guerra Mundial (El vuelo de la Marsellesa), fueron publicados póstumamente en 1921.
Cyrano de Bergerac es un drama heroico en cinco actos y en verso del poeta y dramaturgo francés Edmond Rostand, estrenado en el teatro de la Porte-Saint-Martin, el 27 de diciembre de 1897. Está basado en la vida de Cyrano de Bergerac. La obra fue un gran éxito tras su estreno y ha sido llevada al cine en varias ocasiones.
Cyrano de Bergerac es un soldado poeta, orgulloso y sentimental, pero su mayor defecto es poseer una gran nariz hasta lo ridículo. Está enamorado de una mujer hermosa, su prima Roxane, pero dada su propia fealdad, no espera nada de ese amor. Roxane, por su parte, está enamorada de Christian de Neuvilette, que es un cadete de soldado. A diferencia de Cyrano, Christian es guapo, pero no posee el ingenio del protagonista. Cyrano pacta con Christian escribirle cartas de amor a Roxane, pues de esta forma logrará al menos expresarle a su amada sus sentimientos. Roxane, cada vez más impresionada del espíritu de su amor, confiesa a Christian conmovida, que si bien el amor hacia él comenzó por el atractivo físico, ahora era su alma lo que ella amaba. Esto resulta demoledor para Christian y euforizante para Cyrano, ya que ella menciona que le gustaría aunque fuese feo. Pero Christian y Cyrano tienen que partir a la guerra contra los españoles, en la que Christian muere, y le pide a Cyrano que le cuente la verdad de las cartas a Roxane, pero Cyrano no lo hace y Roxane no sabe todavía del amor de Cyrano. Catorce años después de la muerte de Christian, Cyrano, envejecido y canoso por la guerra, va a visitar a Roxane al convento donde se retiró después de la muerte de su amado todos los días exactamente a las 6:00 pm. Ella viste todos los días de luto, teniendo la última carta que "escribió" Christian en el pecho. Pero un mal día Cyrano se retrasa pues al pasar caminando le cae un gran trozo de madera rompiéndole el cráneo. Le indican que no se puede mover de la cama, pero Cyrano no hace caso; llega adonde Roxane, se disculpa por el retraso (disimulando su herida de la cabeza con el sombrero) y le cuenta las noticias. Roxane le pide que le lea la última carta de Christian. Cyrano acepta y la lee mientras la noche va cayendo, y de golpe se da cuenta de la verdad, aunque Cyrano la niega una y otra vez. Cyrano comienza a recitar versos mientras se despide de ella y bajo la luz de la luna muere.
Cyrano de Bergerac ha sido llevada al cine en varias ocasiones, incluyendo una versión muda de 1900 protagonizada por Constant Coquelin, el actor que estrenó el papel en 1897, siendo la más famosa la protagonizada por Gérard Depardieu (que fue nominado). También se hizo otra adaptación venezolana, protagonizada por Edgar Ramírez como Cyrano, en la cual se traslada a un ámbito actual.
En Latinoamérica la obra ha sido puesta en escena por Roberto Gómez Bolaños Chespirito en 1974.
En Venezuela se estrenó en el año 2008 la película Cyrano Fernandez, dirigida por Alberto Arvelo y protagonizada por Edgar Ramírez que relata la historia de Cyrano pero adaptada al entorno de un barrio pobre venezolano y la violencia urbana que sufren sus habitantes. Ganó como Mejor Película Latinoamericana en el Festival de Malaga del 2008.
La pieza se estrenó en el Teatro Español de Madrid el 1 de febrero de 1899, interpretada por Fernando Díaz de Mendoza, María Guerrero y Alfredo Cirera. Volvió a representarse en en 1936 con Ricardo Calvo, Adela Calderón y Guillermo Marín y en 1955 con Manuel Dicenta y María Dolores Pradera.
101 años después de su estreno en Madrid, el montaje volvía al mismo escenario con dirección de Mara Recatero e interpretación de Manuel Galiana, Manuel Gallardo, Juan Carlos Naya, Paula Sebastián, José Carabias y Ana María Vidal.
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