Kinoshita se trasladó a la silla del director después de un aprendizaje tradicional en el estudio, y su familiaridad con los diversos aspectos técnicos de la cinematografía llevaron a su demanda el mayor esfuerzo de sus filmaciones. Sus dos películas de guerra son francamente ambiguas en su opinión, del militarismo, y la llegada de las fuerzas de ocupación estadounidenses con su promoción de los ideales "democráticos" en el cine de Kinoshita.
Tal vez el tema principal que se ejecuta a través de su obra es la pérdida de la inocencia: un carácter, por lo general del protagonista, que en algún momento se enfrenta a la dura realidad del mundo. Este énfasis en el individuo y su capacidad para elaborar sus propias decisiones, dio las películas de la posguerra un carácter progresivo, pero también se puede detectar el oscurecimiento de la visión mientras se mueve en los años sesenta.
Aunque era un temprano autor del cambio en Japón, Kinoshita era claramente un hombre fuera de la sintonía con el país ,siendo un autor muy diferente que se había alejado de sus tradiciones mucho más de lo que nadie ha imaginado, como se puede ver en su obra maestra final, la notable The Scent of Incense.
También hay que decir que Kinoshita fue un director increíble de actores, como Tanaka Kinuo, Takamine Hideo, Mochizuki Yuko, Sada Keiji, que dieron algunas de sus mejores actuaciones en sus películas.
A lo lejos se asomaba el siglo XXI. Era el 30 de diciembre de 1998, y en su casa de Minato-ku, Tokio, fallecía el director Kinoshita Keisuke, víctima de un repentino ataque al corazón.
La tragedia de Japón
少年期、木下恵介監督
Kinoshita Keisuke
A lo lejos se asomaba el siglo XXI. Era el 30 de diciembre de 1998, y en su casa de Minato-ku, Tokio, fallecía el director Kinoshita Keisuke, víctima de un repentino ataque al corazón. Ese mismo año había desaparecido uno de los realizadores japoneses más famosos de la historia: Kurosawa Akira. Curiosamente, también habían comenzado a dirigir en el mismo año, 1943. Kurosawa con "La leyenda del gran Judo", y Kinoshita con "Ikite iru Magoroku".
Sus carreras fueron dispares en logros y objetivos, y el destino ha sido más generoso con Kurosawa.
RETRATO DE MIDORI
"Shozo"
Japón, 1948. B/n. V.O.S.E. 73 minutos.
Dirección: Kinoshita Keisuke.
Guion: Kurosawa Akira.
Interpretación: Igawa Kuniko, Miyake Kuniko, Miura Mitsuko, Sugai Ichirô, Higashiyama Chieko, Ozawa Eitarô, Fujiwara Kamtari, Katsuragi Yôko, Sada Keiji, Abe Tôru.
Sinopsis: Midori, primera modelo de un pintor, acaba convirtiéndose en su gran musa inspiradora. Más tarde, Midori, consciente de su gran personalidad, abandona al pintor, dejándolo sumido en la desesperación.
En Japón gobiernan los Aliados. Se castiga el nacionalismo y se favorece lo liberal. Retrato de Midori se apoya en esto, pero también en el desenfado estilístico de Kinoshita y la severidad del guion de Kurosawa: lo relevante, para Kinoshita, es la continuidad. La épica humilde del buen japonés reside en la suavidad con la que persiste, antes y después del desastre. Los grandes acontecimientos aparecerán como algo mencionado, algo atrapado en los intersticios. El idealismo de Kurosawa apelará a Rousseau (la pureza originaria) y a Dostoyevski (el conflicto del sujeto consigo mismo).
"Karumen junjo su"
Japón, 1952. B/n. V.O.S.E. 103 minutos.
Dirección: Kinoshita Keisuke.
Guion: Kinoshita Keisuke.
Interpretación: Takamine Hideko, Wakahara Masao, Awashima Chikage, Kobayashi Toshiko, Miyoshi Eiko, Higashiyama Chieko, Sakamoto Takeshi, Himori Shin'ichi.
Sinopsis: Tras regresar a la ciudad, Carmen retoma su trabajo de bailarina "exótica", no así su amiga Akemi, que tiene un bebé al que cuidar. Al poco tiempo Carmen se enamora de un escultor arruinado, pero él ya está comprometido con una rica heredera cuya temible y conservadora madre opta además a un importante cargo político. Decepcionada, Carmen pierde la confianza en sí misma, abandonando su trabajo y decidiendo apuntarse a clases de ballet... con un grupo de niñas de 6 años.
Sobre el fondo de la emancipación del país respecto de la tutela yankee, Kinoshita recupera a la protagonista de "Carmen vuelve a casa" (1951), primera película japonesa en color. Ante el éxito obtenido, se realizó esta secuela explosiva y delirante, que apuesta por el absurdo desmesurado. El humor japonés es carnavalesco, y rara vez irónico. Su objetivo es la caricatura grotesca, no la "profunda". Es un humor inmediato, sin esos tiempos de reacción en los que emerge la ironía.
"Nijū-shi no Hitomi"
Japón, 1954, B/n. V.O.S.E. 154 minutos.
Dirección: Kinoshita Keisuke.
Guion: Kinoshita Keisuke, basado en la obra de Tsuboi Sakae.
Interpretación: Gôko Hideki, Watanabe Itsuo, Miyagawa Makoto, Terashita Takeo, Satô Kunio, Ishii Hiroko, Koike Yasuko, Kusano Setsuko, Kase Kaoko, Tanabe Yumiko.
Sinopsis: 1928. En la idílica isla rural de Shodoshima, la joven y motivada maestra Oishi Hisaki empieza su tarea de profesora a cargo de doce niños, los veinticuatro ojos que la mirarán en su primer año formativo de escuela. Al principio, sus métodos crearán cierto recelo. Al cabo de los años, la inminente guerra cambiará sus vidas para siempre.
Su estructura doble la convierte en síntoma de su tiempo. La primera parte mira hacia el pasado, hacia un universo de buenas gentes remisas al cambio. En la segunda, la comedia rural da paso a la tragedia histórica y las discontinuidades violentas: ése es el quicio entre lo clásico y la modernidad hacia la que apunta. El paisaje se hace indisociable de la dramaturgia: a través del mismo se desplaza veloz la maestra, versión dulcificada de la mujer futura, la mujer de la democracia japonesa, cuando aún representaba la excepción a la norma.