2013年9月10日火曜日

アフリカでの闘牛 Toros en Melilla

アフリカで唯一の闘牛開催です。6日前のことです。

Gran tarde de El Cordobés y El Fandi, que indulta un toro de Sánchez-Dalp en Melilla






Melilla, 4 de septiembre de 2013. Toros de Sánchez-Dalp y uno (1º) Manolo González. El quinto , "Miraclara", número 64, de pelo negro, fue indultado. El Cordobés: Dos orejas y dos orejas; El Fandi: Oreja y máximos trofeos simbólicos; y José María Arenas: Palmas y oreja. Entrada: Casi lleno.













El Cordobés y El Fandi han ofrecido cada uno lo mejor de sus respectivas tauromaquias y han brindado un gran espectáculo en Melilla. Se jugó una buena corrida de Sánchez-Dalp, que contó con un toro de indulto lidiado en quinto lugar por el granadino, dentro de un festejo que completó José María Arenas, que tiró de pundonor y logró en el sexto no irse de vacío. Otro dato a destacar fue la gran entrada que registró el coso: cerca de 7.000 espectadores rozando el lleno.
La gran noticia del festejo llegó en el quinto. "Miraclara", número 64, un toro de pelo negro marcado con el hierro de Sánchez-Dalp, fue indultado a manos de El Fandi tras una gran faena. El burel, serio de cara pero bajo y bien hecho, embistió de forma excepcional en todos los tercios, repitiendo en el capote, tomando dos puyazos a punto de derribar y llegando con transmisión, importancia, clase y recorrido al último tercio. Lo bordó el granadino con él, que en banderillas clavó hasta cuatro pares antes de realizar una de sus mejores faenas: encajado de riñones y sensacional por ambas manos. Gustándose y recreándose en todo momento. Una gran obra, vivida con entusiasmo por parte de un público entregado con el toro y el torero. El presidente concedió los máximos trofeos, si bien no fueron paseados.
Antes, El Fandi paseó un trofeo del segundo, que salió suelto en los capotes y resultó noble pero escaso de fuerzas en el último tercio. Clavó tres pares de banderillas muy celebrados por el público, que antes vibró con su variedad capotera y después con su técnica y valeroso oficio. Mató de estoconazo y descabello, paseando un trofeo.
El Cordobés paseó las dos orejas del que abrió plaza, un toro noble de Manolo González al que supo darle fiesta con sus habituales desplantes y adornos. No faltó el singular salto de la rana, conquistando al público melillense con su personalidad antes de matar de gran estocada sin puntilla. Al cuarto, serio, con romana, le endilgó una faena igual de seria, serena y limpia. El toro pedía mando y El Cordobés lo puso en largos muletazos, destacando los de pecho y en algunos naturales dando el pecho al toro. Mató de pinchazo y estocada y logró dos nuevas orejas.
José María Arenas realizó ante su primero una faena intermitente. El toro, de brusca condición, punteaba al final de los muletazos y le tropezó en exceso la muleta. Demostró buena voluntad con el capote, recibiendo al animal con una larga de rodillas, y con los palos, banderilleando con vistosidad y cerrando con un par al violín. Arrancó de hinojos con la muleta, luciéndose en un par de series sobre ambas manos antes de epilogar con manoletinas, pero no mató bien. Si cortó una oreja del sexto, el más alto de la corrida e informal en sus embestidas. Se mostró afanoso el espada, que dejó una casi entera.


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