2012年7月27日金曜日

César Aira セサル・アイラ の "Cómo me hice monja" の 邦訳出る

本日、松籟社から Argentina の César Aira せサル・アイラ [1949-] の "Cómo me hice monja" 『僕が尼僧になった経緯』の 邦訳が何故か『私の物語』という煮ても焼いてもいただけないような、つまらない題名にされて出版されるようです。せっかくの面白い題名をつまらない題名に変えて出版する意図が全く分りませんが、とにもかくにも César Aira せサル・アイラ のような 一筋縄では行かない、人を食ったような作家の本が日本でも紹介されるのは素晴らしいことです。

原文の一部を載せておきます。これだけでも César Aira せサル・アイラ の悪戯好きが充分御理解頂けるはずです。

1
Mi historia, la historia de "cómo me hice monja", comenzó muy temprano en mi vida; yo acababa de cumplir seis años. El comienzo está marcado con un recuerdo vívido, que puedo reconstruir en su menor detalle. Antes de eso no hay nada: después, todo siguió haciendo un solo recuerdo vívido, continuo e ininterrumpido, incluidos los lapsos de sueño, hasta que tomé los hábitos.
...
3
Nunca supe cómo salí de la heladería, cómo me sacaron... qué pasó... Perdí el conocimiento, mi cuerpo empezó a disolverse... literalmente... Mis órganos se hicieron viscosos... pingajos colgados de necrosis pétreas... verdes... azules... La única vida que producían era el ardor frío de la infección... de la descomposición... hinchazones... manojos de ganglios... Un corazón del tamaño de una lenteja latiendo aterido en medio de los despojos... un silbido irregular en la tráquea torcida... Nada más...Yo había sido víctima de los temibles ciánidos alimenticios... la gran marea de intoxicaciones letales que aquel año barría la Argentina y países vecinos... El aire estaba cargado de miedo, porque atacaban cuando menos se los esperaba, el mal podía venir en cualquier alimento, aun los más naturales... la papa, el zapallo, la carne, el arroz, la naranja... A mí me tocó el helado. Pero hasta la comida hecha en casa, amorosamente... podía ser veneno... Los niños eran los más afectados... no resistían... Las amas de casa se desesperaban. ¡La madre mataba a su bebé con la papilla! Era una lotería... Tantas teorías contradictorias... Tantos habían muerto... Los cementerios se llenaban de pequeñas lápidas con inscripciones cariñosas... El ángel voló a los brazos del Señor... firmado: sus padres inconsolables. Yo la saqué barata. Sobreviví. Pude contar el cuento... pero a un precio de todos modos muy alto... Por algo dicen: lo barato sale caro.
La enfermedad se hizo doble en mí.
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4
Cuando recuperé el sentido, me hallaba en la sala de pediatría del Hospital Central de Rosario.Abrí los ojos a una experiencia nueva para mí. El mundo de las madres. Papá no fue a visitarme una sola vez. Pero ni un solo día dejé de esperarlo, con una mezcla de anhelo y aprensión que conservaba algo del encadenamiento de los delirios. Mamá sí estaba presente, y ella traía el aroma del espanto, como una sombra de papá. Era inevitable, porque yo había entrado para siempre en el sistema de la acumulación, en el que nada, nunca, queda atrás. No le pregunté por él. Mamá no era la misma. La veía distraída, inquieta, angustiada. No se quedaba mucho, decía que tenía que hacer, y yo entendía. En las otras camas había una madre o una tía o una abuela turnándose las venticuatro horas. Yo estaba sola, abandonada en un orbe materno.
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5
Por causa de mi enfermedad, empecé la escuela tres meses tarde, en junio. Todavía no me explico cómo me aceptaron a esa altura del año, cómo me pusieron entre los alumnos que habían empezado en término. Sobre todo tratándose de primer grado, del comienzo absoluto de la escolaridad (en mi época no existía el jardín de infantes), momento tan crucial y delicado. Menos todavía me explico por qué mamá insistió en hacerme ingresar, por qué se tomó el trabajo de conseguir que me tomaran, lo que no debe de haber sido fácil. Seguramente rogó, suplicó, se puso de rodillas. Eso era muy de ella; era su idea de la maternidad. Habrá pensado que no sabría qué hacer conmigo un año entero en casa. Pero el trabajo de llevarme a la escuela, irme a buscar, lavar y planchar los guardapolvos, comprarme los útiles, conseguir que le prestaran un libro de lectura usado, a la larga habrá hecho parecer poca cosa el alivio de tenerme ubicada durante las horas de la siesta. Habrá pensado que lo hacía por mi bien. No se le ocurrió que estar tres meses atrasada, los tres primeros meses, en primer grado, era excesivo hasta para mí. En fin. Hay que perdonar, y yo he perdonado. Tres meses no tienen por qué parecer más que tres meses, tres meses en bruto. Y la pobre mamá tenía demasiadas preocupaciones en aquel entonces. Claro que a la maestra, a la directora, es más difícil disculparlas. Quizás ellas estaban demasiado cerca de la problemática del aprendizaje, como mamá estaba demasiado lejos.Las primeras semanas pasaron en forma de imágenes puras. El ser humano tiende a darle sentido a la experiencia mediante la continuidad, lo que sucede se explica por lo que sucedió antes; no puede sorprender que yo persistiera en mi reciente acomodación a Ana Módena y siguiera viendo gestos, mímica, historias sin audio, ante las cuales no podía hacer nada. Nadie me había explicado el objeto de la escuela, y yo estaba lejos de poder adivinarlo. Hasta ahí, el problema no me parecía grave. Lo tomaba, y con cierta obstinación, como un espectáculo, como una volatinería...
El drama empezó después...
...
6
A todo esto, papá estaba preso por lo del heladero. Una tarde mamá me llevó a visitarlo. Era lógico, porque yo había estado en el centro de la desgracia, en el nudo. Ellos dos me culpaban y no me culpaban. No podían culparme, habría sido demasiado injusto, y al mismo tiempo no podían no culparme, porque todo había salido de mí. Y yo a mi vez podía y no podía culparlos de estos sentimientos. Sea como sea, uno de ellos, o los dos, habían decidido que era buena política llevarme a la hora de visita. Para dar imagen de familia y todo eso. Qué ingenuos eran. La cárcel de encausados de Rosario estaba lejos de casa, al otro lado de la ciudad. Tomamos un colectivo. En la mitad del viaje a mí me dio un ataque de angustia, sin motivo, y me largué a llorar. Se levantaba el telón de mi teatro íntimo. Mamá me miró sin asombro. Digo bien: sin.-¿Se puede saber qué te pasa?
Yo no tenía nada muy preciso que decir, pero me salió algo totalmente inesperado, para ella y para mí también:-¿Adonde está mi papá?
...



César Aira せサル・アイラ の解説は Wiki にお任せしましょう。inglés です。

César Aira (born on February 23, 1949 in Coronel Pringles, Buenos Aires Province) is an Argentine writer and translator, and an exponent of Argentine contemporary literature. He has published over fifty books of stories, novels and essays. In fact, at least since 1993 a hallmark of his work is an almost frenetic level of writing and publication—two to four novella-length books each year.

Aira has often spoken in interviews of elaborating an avant-garde aesthetic in which, rather than editing what he has written, he engages in a “flight forward” (fuga hacia adelante) to improvise a way out of the corners he writes himself into. Aira also seeks in his own work, and praises in the work of others (such as the Argentine-Parisian cartoonist and comic novelist Copi), the “continuum” (el continuo) of a constant movement forward in the fictional narrative. As a result his fictions can jump radically from one genre to another, and often deploy narrative strategies from popular culture and “subliterary” genres like pulp science fiction and television soap operas. He frequently deliberately refuses to conform to generic expectations for how a novel ought to end, leaving many of his fictions quite open-ended.
While his subject matter ranges from Surrealist or Dadaist quasi-nonsense to fantastic tales set in his Buenos Aires neighborhood of Flores, Aira also returns frequently to Argentina’s nineteenth century (two books translated into English, The Hare and An Episode in the Life of a Landscape Painter, are examples of this; so is the best-known novel of his early years, Ema la cautiva (Emma, the Captive)). He also returns regularly to play with stereotypes of an exotic East, such as in Una novela china, (A Chinese Novel); El volante (The Flyer), and El pequeño monje budista (The Little Buddhist Monk). Aira also enjoys mocking himself and his childhood home town, Coronel Pringles, in fictions such as Cómo me hice monja (How I Became a Nun), Cómo me reí (How I Laughed), El cerebro musical (The Musical Brain) and Las curas milagrosas del doctor Aira (The Miraculous Cures of Dr. Aira). His novella La prueba (1992) served as the basis—or point of departure, as only the first half-hour follows the novella—of Diego Lerman's film Tan de repente (Suddenly) (2002). His novel Cómo me hice monja (How I Became a Nun) was selected as one of the ten best publications in Spain in the year 1998.

邦訳『私の物語』の訳者自身による解説が以下のページにあります。



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