2012年6月22日金曜日

村上春樹 走る Murakami Haruki corre y escribe

Si hay un autor japónes del que se hable en España hoy por hechizar a miles de lectores ese probablemente sea Murakami Haruki . Nacido en la ciudad de Kioto en 1949, es un escritor y traductor japonés autor de novelas y relatos, cuyas obras han generado críticas positivas y numerosos premios, como el Franz Kafka o el Premio Jerusalem.

Murakami, uno de los nominados al Nobel de Literatura en la pasada edición de los premios suecos, es considerado una figura importante en la literatura posmoderna internacional, hasta el punto de que publicaciones como The Guardian lo han situado  "entre los mayores novelistas de la actualidad".

La ficción de Murakami, a menudo criticada por la literatura tradicional japonesa, es surrealista y se enfoca en conceptos como la alienación y la soledad. Entre sus muchas novelas destacan Tokio Blues 『ノルウェイの森』—triángulo de emociones en el tiempo aderezado con sexo y existencialismo— o su obra De qué hablo cuando hablo de correr 『走ることについて語るときに僕の語ること』, convertida en el libro de cabecera de muchos runners españoles.

En este libro Murakami, que en 1982 decidió que sólo se dedicaría a escribir y correr maratones, reflexiona sobre la influencia que este deporte ha ejercido en su vida y en su obra.

Mientras habla de sus duros entrenamientos diarios y su afán de superación, de su pasión por la música o de los lugares a los que viaja, va dibujándose la idea de que, para Murakami, escribir y correr se han convertido en una actitud vital.

Es cierto que el autor de After Dark 『アフターダーク』intenta en distintos pasajes del libro unir su actividad física con sus inquietudes literarias, llegando a afirmar que “escribir una novela se parece a escribir un maratón”, pero nos resultan afirmaciones excesivamente subjetivas, cuando no temerarias, como cuando expresa: “La mayoría de lo que sé sobre la escritura lo he ido aprendiendo corriendo por la calle cada mañana”.

En puridad, difícilmente por el sólo hecho de correr se adquieran conocimientos de escritura o de cultura, o de la vida misma. Hubiera tenido más sentido si dijese que al correr reflexionara sobre la literatura, pero no es eso lo que ha querido significar.

Murakami comenzó a correr en los ’80 del siglo pasado, vale decir en el mismo tiempo en que decidió volverse escritor, luego de haber regenteado un bar y haber sido un fanático “consumidor” de jazz, puesto que no practica ningún instrumento.

Todo empezó en Maratón. Su primera experiencia como maratonista la llevó adelante en la mismísima Grecia, corriendo en solitario entre Atenas y Maratón (vale decir, a la inversa de cómo se desarrollaba la histórica competencia entre ambas ciudades) De ahí en más Murakami nunca dejó de practicar ese deporte de resistencia, hasta el presente.

¿Por qué lo hace, por qué, tanto esfuerzo? No hay un exceso de explicaciones, quizás porque Murakami no se esfuerza demasiado para mostrarse un hombre reflexivo, un “profundo” intelectual.

“Dejo mi mente en blanco, aunque a veces me asaltan cosas. Me gusta vaciar mi cabeza. Sólo me preocupo de correr, de ver el paisaje, de sentir el aire”, dice Murakami.

Extrañamente, el libro aunque obviamente monotemático no es aburrido ni reiterativo. El autor de Kafka en la orilla 『海辺のカフカ』se encarga de contarle al lector cómo han sido sus esfuerzos para superarse y lograr correr largas extensiones, durante horas. Su simple intención es la de cumplir consigo mismo, llegar a la meta. Esos esfuerzos –vistos desde afuera- pueden resultar un tanto gratuitos, pero el escritor no busca hacer prosélitos sino contar sus experiencias. Y mientras lo hace reflexiona:

“Al menos siempre quedará el hecho de haber realizado el esfuerzo. Tendrá su utilidad o no, será o no atractiva a los ojos de los demás pero, en definitiva, lo más importante es algo que no puede verse con los ojos (aunque sí sentirse con el corazón) Tal vez sean tareas y actividades vanas, pero jamás estúpidas. Eso pienso yo. Pienso así tanto por mi sentir, como por mi experiencia”.

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