今日は七夕ですが、あいにくの空模様ですね。
Para el mes de julio el calendalio señala, entre otras, una fecha de género romántico: el 7. Al atardecer el séptimo día del séptimo mes del año, en las plazas, en los jardines de los templos sintonistas y budistas y en las grabdes avenidas se distingue la presencia de enormes tallos de bambú, de cuyas ramas cuelgan cartulinas policromas con inscripciones poéticas.
Las poesías son obras del corazón juvenil, que representan su aspiración de perfeccionar la caligrafía, su afán de superarse en el estudio, o bien sus inquietudes de llenar el vacío que el siente en tal o cual arte de su preferencia, ocupación ésta que puede ser el arreglo de flores, el arte culinario o el pulir su estilo literario. En este coro silencioso de anhelos juveniles nunca falta el ansia de encontrar novio, de verse correspondido en el amor, inclinación que sigue siendo natural en las mujeres aún en estos tiempos de liberación femenina.
¿Por qué precisamente el siete de julio? Según la tradición, la estrella Vega, a la que la astronomía popular dio en llamar "tejedora", acude a la ùnica cita anual que le està permitida para esta fecha, con el astro Altair, a la vera de la Vía Láctea.
Pues bien, la palabra "TANABATA" es abreviatura de Tanaori, nombre con que el japonés designa la estrella del Camino de Santiago.
No sólo el espacio público se presta para celebrar la fiesta de Tanabata; un buen número de familias observan la fecha conmemorativa y la festejan en sus propios jardines, conforme a los ritos establecidos desde los tiempos inmemorales. Tan remoto es el comienzo de esta festividad que ya en la famosa antología Manyoushu ("Colección de las Diez Mil Hojas"), del siglo VIII, podemos apreciar decenas de poesías alusivas a "Tanabata", compuestas por los nobles de la antigua Corte en estrofas de 5, 7, 5, 7 y 7 sílabas. El magnífico florilegio contiene unos 4.500 poemas, y su compilación data de cerca del 759, edittada en Nara, por entonces sede de la dinastia Imperial.
Fatalmente el mercantilismo ha invadido---¡cuándo no!---el ámbito reservado al culto folklórico, de tal manera que hoy gran multitud de pancartas comerciales de llmativos colores pregonan las lista de las más variadas mercancías, en olímpica profanación de la milenaria tradición que recreaba y sosegaba el candoroso espíritu de la juventud con manifestaciones culturales de evocacion celestial.
Repito. Hoy en día en Japón la gente suele celebrar este día escribiendo deseos, algunas veces en forma de poemas, en pequeños trozos de papel o tanzaku (短冊), y colgándolos de las ramas de árboles de bambú, a veces junto con otras decoraciones. El bambú y las decoraciones a menudo se colocan a flote sobre un río o se queman tras el festival, sobre la medianoche o al día siguiente.
Para el mes de julio el calendalio señala, entre otras, una fecha de género romántico: el 7. Al atardecer el séptimo día del séptimo mes del año, en las plazas, en los jardines de los templos sintonistas y budistas y en las grabdes avenidas se distingue la presencia de enormes tallos de bambú, de cuyas ramas cuelgan cartulinas policromas con inscripciones poéticas.
Las poesías son obras del corazón juvenil, que representan su aspiración de perfeccionar la caligrafía, su afán de superarse en el estudio, o bien sus inquietudes de llenar el vacío que el siente en tal o cual arte de su preferencia, ocupación ésta que puede ser el arreglo de flores, el arte culinario o el pulir su estilo literario. En este coro silencioso de anhelos juveniles nunca falta el ansia de encontrar novio, de verse correspondido en el amor, inclinación que sigue siendo natural en las mujeres aún en estos tiempos de liberación femenina.
¿Por qué precisamente el siete de julio? Según la tradición, la estrella Vega, a la que la astronomía popular dio en llamar "tejedora", acude a la ùnica cita anual que le està permitida para esta fecha, con el astro Altair, a la vera de la Vía Láctea.
Pues bien, la palabra "TANABATA" es abreviatura de Tanaori, nombre con que el japonés designa la estrella del Camino de Santiago.
No sólo el espacio público se presta para celebrar la fiesta de Tanabata; un buen número de familias observan la fecha conmemorativa y la festejan en sus propios jardines, conforme a los ritos establecidos desde los tiempos inmemorales. Tan remoto es el comienzo de esta festividad que ya en la famosa antología Manyoushu ("Colección de las Diez Mil Hojas"), del siglo VIII, podemos apreciar decenas de poesías alusivas a "Tanabata", compuestas por los nobles de la antigua Corte en estrofas de 5, 7, 5, 7 y 7 sílabas. El magnífico florilegio contiene unos 4.500 poemas, y su compilación data de cerca del 759, edittada en Nara, por entonces sede de la dinastia Imperial.
Fatalmente el mercantilismo ha invadido---¡cuándo no!---el ámbito reservado al culto folklórico, de tal manera que hoy gran multitud de pancartas comerciales de llmativos colores pregonan las lista de las más variadas mercancías, en olímpica profanación de la milenaria tradición que recreaba y sosegaba el candoroso espíritu de la juventud con manifestaciones culturales de evocacion celestial.
Repito. Hoy en día en Japón la gente suele celebrar este día escribiendo deseos, algunas veces en forma de poemas, en pequeños trozos de papel o tanzaku (短冊), y colgándolos de las ramas de árboles de bambú, a veces junto con otras decoraciones. El bambú y las decoraciones a menudo se colocan a flote sobre un río o se queman tras el festival, sobre la medianoche o al día siguiente.
También existe una canción tradicional de Tanabata:
Sasa no ha sara-sara
nokiba ni yureru.
Ohoshi-sama kirakira,
kingin sunago.
Goshiki no tanzaku,
watashi ga kaita.
Ohoshi-sama kirakira,
sora kara miteiru.
Esta canción significa:
Las hojas de bambú susurran
meciéndose en el alero del tejado.
Las estrellas brillan
en los granos de arena dorados y plateados.
La tiras de papel de cinco colores
ya las he escrito.
Las estrellas brillan
nos miran desde el cielo.
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